Tal vez no venimos solo a este mundo a soñar. Puede ser que sea una parte de nuestra vida, pero si basamos todos nuestros actos en sueños simplemente caminaremos en carreteras intangibles y algún día caeremos al vacío. Hay que vivir por algo y morir por ello,  mirar siempre arriba para saber a donde ir, al frente para seguir y abajo para ayudar. Muchas veces si soñamos demasiado no tendremos tiempo de levantarnos y cumplir nuestros anhelados pensamientos y estarán esparcidos esos fragmentos codiciados en el universo que habita en nuestra mente. En efecto soñar no cuesta nada, lo difícil es levantarnos. Recordemos entonces que “el que no lucha por lo que quiere, es porque en verdad no lo quiere.”

¿Ustedes creen que los grandes actos salieron de la nada? Todo comenzó de un sueño, un pensamiento “todo ardió aplicando la chispa adecuada”. Si no tenemos una meta fija, si disparamos balas perdidas, nunca lograremos concretar algo. Para ganar algo tienes que arriesgarte a perderlo, pero eso sí, el que no tiene nada que perder es porque no tiene nada que ofrecer.

“Si, dicen que el hubiera no existe, pero lo que realmente no existió fue la suficiente intención.”

JLBR