“La mayoría de nuestras equivocaciones en la vida nacen de que cuando debemos pensar, sentimos y cuando debemos sentir, pensamos.”
- J. Churton Collins
El sentimiento, aveces nos traiciona y aveces nos olvida. Nos mantiene como transeúntes nocturnos en búsqueda de un rayo de luz y aveces buscamos en el lugar incorrecto. ¿Quienes somos para decidir que vamos a sentir? Somos convencidos por los demás para creer que sentimos algo, nos autoconvencemos de que es lo ideal y de que es lo correcto.
Con la corriente somos tirados, somos subyacentes e inferiores a la premisa de la idea sentimental, nos cegamos a lo que queremos por lo que quiere ese algo, ese alguien. El problema radica en que no luchamos por lo que queremos, porque tenemos miedo, miedo del sentimiento. El sentimiento es fuerte, es vorás, es enfermizo, y se pone en el nivel jerárquico más alto para mandarnos y empujarnos a algo que no queremos. Nos cambia ideas, nos induce a realizar acciones innecesarias en protesta de su juicio. Ya no somos humanos, nos quita el criterio.
Y se podrá pensar, ¿Qué clase de sentimiento busca lo peor de nosotros? ¿Y los buenos sentimientos?, no los hay. No hay buenos ni malos, no hay amigos o enemigos. Cualquier idiosincrasia del ente sentimental puede ser perjudicial para nuestra toma de decisiones. Por eso el cerebro está más cerca de la boca que del corazón, para pensar antes de hablar. Si pasamos viviendo en esta dictadura seremos esclavos de lo que sentimos, nuestras acciones cambiaran radicalmente como nuestras conmociones y seremos un vehículo sin dirección ni piloto. “El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.” - Platón.
El día que tomemos nuestro propio criterio, que seamos descarados y groseros con nuestros sentimientos, ese día el camino será menos nublado. Debemos de enfrentarnos a nosotros, a ganar esa lucha interna que tenemos con nosotros. Las personas que hablan sin pensar, son las que oyen sin conocer, son esas mismas las que sienten antes de actuar. Y no está mal sentir, al contrario, el sentimiento debe ser el resultado de experiencias, pensamientos y realidades para formar esa criteria. Cuando tengamos miedo, ya sea de alguien, de algo o de nosotros mismos, no son más que sentimientos que se enfrentan unos con los otros. Ese es el verdadero problema de las personas, la guerra de sentimientos ciega por completo nuestro juicio. Toma tus decisiones por ti, ya que si lo hace alguien más, al final terminará viviendo por ti.
Cuando pasa el tiempo
¿Lo vivimos?
Cuando duele algo
¿Lo decimos?
Cuando queremos algo
¿Lo sentimos?
Y así son los sentimientos
Aveces nos traicionan, aveces nos olvidan
Pero cuando llegan no se van,
Y cuando quieres, se terminan
Deciden por nosotros
Hablan con los otros
Transeúntes vagabundos
De palabras y de mundos
Tal vez estemos mal
Nuestra idea de sentir no es igual
No hablamos de climas, ni estaciones
Y así de rápido cambian las acciones…
José Cuervo JLBR
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